Los juegos multijugador y/o como servicio parecen vivir su propia versión del realismo capitalista que proponía Mark Fisher, donde parece no haber escapatoria a la triada conformada por el individualismo competitivo, los mecanismos que fuerzan a jugar todos los días y los micropagos. Por suerte aquí está KarmaZoo para demostrar que otro mundo es posible.

Todo en KarmaZoo está orientado a la colaboración: los puzzles de los niveles que necesitan la cooperación de todo el mundo, el sistema de recompensas (donde si llegas al final se suma el karma de todo los jugadores y se reparten a cada jugador), la manera de desbloquear nuevos personajes (sumando los puntos de todas las partidas a nivel global) e incluso los bloques que dejas cuando mueres, que ayudan a sortear trampas a tus compañeros.

Así que a veces te encontrarás sacrificándote para ayudar a otros jugadores a pasar, y ellos regalándote puntos de karma como agradecimiento. Con muy pocas acciones, se consigue una comunicación entre personajes muy expresiva (que recuerda mucho a Journey), haciendo que cada partida esté llena de pequeñas historias bonitas de compañerismo.

En la parte negativa, hay que decir de que como plataformas no siempre funciona del todo bien, y no me he encontrado ningún nivel que me haya parecido destacable. Tampoco ayuda que la mayoría de personajes sean un poco de relleno, siendo muchos clones de otros. Se enfoca tanto en lo cooperativo de su propuesta, que cuando los jugadores de tu partida no acompañan, hace que las partidas sean tediosas.

Aún así un experimento más que interesante, que propone muchísimas cosas que espero que otras desarrolladoras tomen como inspiración.

Reviewed on Feb 26, 2024


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