Tenía muchas ganas de darle un tiento a este juego y no ha decepcionado. Me cuesta hilar todas las ideas que se me vienen a la cabeza, así que voy al recurso fácil de hacer una lista:

- Su estética es irresistible, enésima prueba de que una buena dirección de arte gana a los graficotes. La mezcla de Moebius, cultura subsahariana, brutalismo, art decó, etc. es tan inédita como sugerente.

- Como juego de deducción funciona como un tiro, quizá tiene algún momento menos orgánico de lo que me gustaría, pero está repleto que momentos “ahá” que te hacen sentir la persona más lista del mundo. Además se permite el lujo de darle al jugador muchos caminos para llegar a la misma solución, haciendo que sea difícil atascarse, pero también permite optar por la vía try hard si te ves con fuerzas.

- La UX del juego es sobresaliente, pensaba que me iba a tirar la partida con papel y boli al lado, pero la interfaz te da todas las herramientas para que no lo necesites.

- Mi hijo ahora está aprendiendo a hablar, y me ha dado mucho que pensar sobre como aprendemos conceptos, sobretodo los más abstractos. Me he podido poner un poquito en su piel y me ha parecido muy bonito :_

- La sombra de Myst es más alargada de lo que parece y es influencia directa de mucho de mis juegos de puzzles favoritos de los últimos años (The Witness, Outer Wilds y éste).

- Todo el mundo lo comenta pero hay que decirlo más: las partes de sigilo son totalmente inexplicables y lo único bueno que tienen es que se pasan casi sin querer.

- Donde el juego demuestra más finura es en su word (JE) building : aunque cada pueblo tiene idiomas con un diccionario muy limitado y los diálogos están dominados por frases básicas; la gramática, la caligrafía y los matices en los significados son clave para definir los rasgos de cada una de sus culturas.

- El final me llegó a la patata, es un juego con un mensaje precioso y vivimos un momento en el que es más valioso que nunca.

Reviewed on Mar 15, 2024


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