Me he llevado muy buenas sorpresas con la saga Aleste, empezando con MUSHA y su combo de estética de robots samurais, su marco de aventura y su música épica. Pero aunque el favorito de todos sea divertido y muy espectacular sí que es cierto que no deja de ser un paseo (relativo) hasta que llegas al jefe final donde empiezan a caer las vidas y se decide media hora de partida en unas pocas esquivas. Se puede tomar esta entrega como ejemplo de todas las características esenciales de la saga: su intención por darle un contexto dramático a la acción, su generosidad a la hora de permitir recuperarte tras un error, su sistema de mejora de disparo y, sobre todo, sus armas secundarias bien diferenciadas, aquí solo tres pero cada una con su utilidad sin ser ninguna obligatoria para superar un nivel o un jefe específico.

GG Aleste es un juego resultón (muy fácil en normal, muy difícil en advanced por las balas suicidas) pero es en la secuela, GG Aleste 2 o Power Strike II (Game Gear), donde se ve el primer juegazo de la saga en esta consola. Dinámico y variado, fácil pero divertido; con sus ralentizaciones y problemas de dibujado de sprites pero nada que la emulación no pueda solucionar. GG Aleste 3 resucita la saga en 2020 y es divertido y variado pero no destaca ni aporta nada especial más allá de una visión más moderna sobre los juegos clásicos.

Con el resto de juegos no llegué a conectar. Ni con el primero de Master System, quizás demasiado esquemático, ni con el distendido (y eterno) Super Aleste ni con el Robo Aleste que tiene el prefijo "robo" por algo.

Y luego está Power Strike II (Master System), con su narrativa de piratas en el mediterraneo y su estética de mar azul y nubes blancas. Más allá de una ambientación que conecta conmigo a un nivel personal, es un juego de acción intensa desde el primer nivel. Un shoot em up clásico con elementos muy modernos. Exigente pero rara vez barato en su dificultad. Con sus cositas de arcade clásico como lo difícil que es recuperase tras morir pero con suficiente margen para remontar y acabar completando la partida. Una pena la paleta de color de Master System que acaba saturando a la larga, lo único que me baja un juego que, por lo demás, se ha convertido en uno de mis shoot em ups favoritos.

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