Gracias a Dios es un juego corto porque si perdía mi progreso de 30 minutos una vez más podría llegar a formar mi propia nación de soldados sin banderas. Es interesante ver el formato de Metal Gear en 2D, aunque en este juego es muy repetitivo y muchas veces muy laberíntico. Muchas veces no tienes idea de lo que tienes que hacer y te la pasas dando un montón de vueltas. Lo que más me jodió es que solamente podías guardar en los ascensores, entonces en algunas zonas que eran muy largas y tardabas mucho tiempo en hacerlas podías llegar a perder el progreso de un buen rato si morías, y eso era bastante normal debido a que algunas secciones están repletas de trampas o cosas que no te dicen. La historia pensé que iba a tener muchos más diálogos considerando los juegos que se hicieron después, pero supongo que debe ser por limitaciones técnicas o algo así. En general fue entretenido sacando las malas pasadas que me daba el tema de las partidas; fue lindo ver el origen de la saga y finalmente terminar uno de mis grandes juegos pendientes.