Ah, claro, ya entiendo qué hacía mal y la razón por la que había estado atascado media hora en el mismo punto, tenía que enseñarle la foto al policía después de haberla revisado yo antes. ¡Qué tonto!
Empiezas a jugarlo, va todo cuco, ves poco a poco a tu protagonista crecer sin saber quién es y de repente te clavan uno de los momentos más dulces en bastante tiempo.