Divertido y variado, Ghost of Tsushima cuenta con todo lo malo y lo bueno que su género proporciona, pero consigue destacarse gracias a su ambientación que resulta sublime.

Un indie que cumple, aunque no resulta especialmente bueno en ningún aspecto. Es divertido y bonito, pero al final es una mezcla de géneros y en ninguno destaca especialmente.

Fallout 4 es conocido como un punto bajo dentro de su franquicia, pero aun estando de acuerdo con ello, creo que es un buen RPG para pasar el tiempo. No es profundo, pero tampoco quiere serlo y eso también está bien.

Un completo despropósito a todos los niveles. Jugable y narrativamente es un desastre, pero es el apartado técnico lo que se lleva la palma.
Completamente parece un juego salido de PS2, y los sonidos, tanto diálogos como banda sonora, no están bien sincronizados, resultando en una experiencia extremadamente desagradable.

Una odisea fantástica que convence gracias a su historia y personajes, al mismo tiempo que sorprende con su banda sonora y dirección artística, pero que termina por verse lastrado por una estructura especialmente desfasada que nos hace replantearnos toda nuestra opinión hacia mitad de la aventura.

Uno de los mejores JRPG que nadie puede jugar, y una gran puerta de entrada al género. No solo es sencillo de aprender pero complicado de dominar, sino que además es frenético y divertido como pocos.

Uno de los mejores juegos de la historia, sin más. Perfecta obra de entrada a la Nintendo Switch, y probablemente uno de los mejores juegos de mundo abierto que nunca se han hecho.

Miles Morales se nos presenta en un juego que es más bien una demo técnica de lo que PS5 puede lograr. Aun así es divertido como pocos.