Toma las bases de un juego sensacional y las lleva más allá, eso significa que aquí hay plataformeo, acción y belleza artística y musical de primerísima calidad constante. Pocos peros se le pueden poner a este genial metroidvania.

Sigue puliendo la fórmula de los Horizon sin ser el resultado más compacto aún, lo que no quiere decir que sea una de las mejores experiencias de conducción posibles. El giro aquí es que eres tú quien organiza el festival Horizon.

Sus influencias son clarísimas: Overwatch y Counter Strike, entre ambos encuentra un hueco en el que sentirse cómodo y resultar interesante. Sin embargo, su lanzamiento ha traído consigo una retahíla de problemas y un contenido que a priori se antoja insuficiente.

Pese a ser un título recomendable con respecto al segundo es indudablemente inferior. Lo que debería de ser lo más destacable (Nemesis) se convierte normalmente en pasillos guiados, y en general la apuesta por la acción sobre el terror es más acusada.

Si bien el trabajo de adaptación en lo visual es más que suficiente, también es verdad que palidece en tener una cámara demasiado arcaica y unos controles que no siempre responden al 100%. Más allá de eso es un juego sencillo, pero disfrutable.

A pesar de sus peros, a mi juicio es una historia algo precipitada y atragantada narrativamente, hay que reconocer el inmenso valor de este juego en lo social. Desde Dontnod siguen caminando un sendero muy abierto, interesante y correcto.

Vuelve a quedar patente que los mejores FPS hoy los tiene Bethesda. Este es una locura de acción frenética que no te deja ni un segundo para tomarte un respiro, medido al milímetro para que todo funcione como un reloj. Solo un par de cosas rechinan en su total.

Si bien su historia no me ha apasionado, aunque es correcta, lo que sí me ha flipado es su diseño artístico y visual que es de 10, así como su mecánica principal que mezcla acción en tiempo real y por turnos a las mil maravillas. Una joya indie muy amena.