Es muy fácil sentirse decepcionado con este juego. Después de las primeras 10 horas, empieza a asentarse todo y comprendes lo que se parece al botw. Entre esto y las ¨prisas¨ (no exactamente) que tenemos la mayoría por querer pasarnos juegos para jugar a más y más cosas, la verdad es que este juego me agobiaba. Era estúpidamente basto, no quería tanto. Me daba hasta algo de ansiedad que tuviera tantas cosas porque sentía que lo tenía que ver todo y simplemente no es asumible.

Fui dejandolo, pillandolo de nuevo cada X meses, y fue la última vez que lo retomé cuando me hizo click la cabeza. Entendí que el juego es así de grande porque no tienes que verlo todo. Tienes que dejarte llevar, ir donde te de la gana y pararte por el camino. Lo divertido no es cogerse una guía o cepillarse el mapa a conciencia para hacer todas las misiones, descubrir todas las cuevas o conseguir todos los trajes. Es la sensación de encontrarse algo chulo porque tu curiosidad te ha llevado ahí. Para mí el contenido en si mismo no tiene valor, sino el hecho de estar yendo a un sitio, que algo te llame la atención o te resulte extraño. Desviarte del camino para investigarlo y ser recompensado con una misión/objeto/evento/puzle que no sabías que estaba ahí. Esto es algo que tenía el juego original, pero aquí está todo elevado a la potencia de 2. No recuerdo el botw con tantísimos puntos de interés como este para aguantarme las 160 horas que le he echado.

Y joder si tiene cosas chulas este juego. Tiene tantísimo contenido pero aún así el mapa es tan denso, que vayas a donde vayas te vas a acabar encontrando algo nuevo o interesante de alguna forma. Incluso si ya has explorado ese sitio antes, no es de extrañar que te hayas dejado algo y lo encuentres en un futuro. Incluso después de haberte pasado el juego con todos los santuarios, siguen quedando cosas interesantes que encontrarte.

El hecho de que sea tan inabarcable es lo que lo hace tan especial, pero solo si no te propones intentar hacerlo casi todo.

La mayoría de problemas que tenía con el botw los arregla, en concreto el game loop en cuanto a las armas. En la precuela llegaba un punto en el que dejabas de matar enemigos porque rompias armas y no conseguías nada bueno. Con la fusión de materiales aquí no ocurre. Y además te permite jugar al tears of the fashion, cogiendo las piezas que sean más chulas y/o las que peguen más con las armas, en lugar de las más fuertes. Otra cosa que aprecio una barbaridad de este juego en comparación con el botw es que no solo hay puzles en los santuarios, hay muchísimos integrados con el mundo, y se siente muy bien. Lo más parecido que tenía el original eran las pruebas heroicas, pero no sé sentían tan orgánicas, y si no me falla la memoria venían acompañadas de un acertijo en forma de pareado muy odioso.

Y todo esto sin hablar de la ultramano y lo estúpidamente natural que se siente y todas las opciones que te da. Brujería negra. Qué voy a decir que no se haya dicho.

Tiene algunas cosas mejorables. Los templos la mayoría meh. Podría haber más música nueva. Las canciones recicladas podrían ser versiones nuevas. Y podría intentar diferenciarse más de la precuela, pero a la larga esto último no me ha importado lo más mínimo. Es más, he llegado a apreciarlo más por ello.

La realidad es que al botw le eché menos de 80 horas y cuando fui al final ya estaba empezando a quemarme un poco. Y el totk lo he rematado con 160 horas y si hubiera más sitios por explorar, seguiría jugando encantado. Me he metido tanto en las úlimas 80 horas que empecé simplemente a mirar el paisaje, a pasear caminando lento, a "rolear" un poco. La noche en la que me hice el final tuve como mi ritual personal en el que iba cogiendo suministros y preparando armas para la batalla final.

Y el final... En su día, incluso con todo lo que supuso el Breath of the wild el final me sabió a poco. Pero este... Y MIRA QUE ME SPOILEÉ EL JEFE EL DÍA ANTES DE IR A POR ÉL. Y aun así me ha encantado. Muy cinemático podría decir alguno, pero con toda la libertad que me da el resto del juego, me parece la mejor forma de ponerle el broche final.

Totk solo es posible porque se construyó encima del anterior y me alegro de que haya sido así, aun con sus defectos. Es un juego masivo que irónicamente me hace querer pararme y apreciar los pequeños detalles de las cosas. Como dicen los chavales, kino