La dinámica de ir probando diferentes cursos de acción resulta bastante entretenida, pero la justificación narrativa que se le da a toda la premisa resulta un poco descafeinada en comparación al desarrollo de varias de las rutas.

Destaco mucho lo diferentes que se llegan a sentir los personajes en cada iteración pese a compartir a los mismos actores de voz, además de la calidad del trabajo vocal. También creo merecedor destacar las composiciones que acompañan la historia, únicas para cada ramificación.

En resumidas cuentas, me parece una novela visual entretenida en la que vale la pena explorar cada opción de respuesta pero que no logra justificarse lo suficiente a nivel narrativo.

Respeto mucho el aprecio masivo que esta entrega recibe, así como la importancia dentro de la genealogía de los JRPG que se le atribuye.

En Dragon Quest V se sigue la historia de su protagonista desde la infancia hasta su adultez en un contexto en el que la oscuridad vuelve a alzarse con fuerza en este mundo fantástico. Aún con esto último, no se siente tanto que la épica de la narrativa caiga en la dimensión global que representa esta amenaza, sino que en el impacto que estos cambios en el mundo tienen en la vida de nuestro personaje principal.

Con una aproximación narrativa que para 1992 (fecha en la que esta historia apareció por primera vez) podríamos considerar incluso cinematográfico, DQ V subió las apuestas en cuanto a lo que el medio y el género podían entregar. En este sentido, entendiendo las limitaciones del lanzamiento original, creo que la posibilidad de limar y mejorar algunos aspectos no fue aprovechada en este remake. Para ejemplificar concretamente, creo que si bien existe un esfuerzo por dotar de mayor relevancia a Nadja en la historia, la conclusión de ese arco en la trama resulta algo apresurada y casi irrelevante considerando el impacto que este personaje en concreto tiene en cómo se van desencadenando diversos hechos en la historia. En este sentido, y habiendo experimentado DQ IV recientemente con Psaro el Carnicero como punto de referencia, Nimzo es un antagonista final bastante decepcionante, con una anticipación mal construida y siendo más un mob más a derrotar antes que un personaje en la historia como sí lo es Psaro. Por último, creo que este juego sufre de alargues artificiales e innecesarios a punta de una abundancia de Macguffins.

Habiendo dedicado un párrafo a expresar mis mayores problemas con el título, quiero aclarar que sí he disfrutado este videojuego y también me parece una obra digna de reconocer. Pese a haberme gustado más DQ IV en su conjunto, me gusta cómo en este juego se construye una atmósfera distinta y consistente (expresada a través de los NPC y el recambio en el bestiario).