El señor Salieri me ha pedido una extraña petición, me ha dicho con lagrimas en los ojos que acompañe a Sam en sus ultimos momentos. Yo no le pregunté el motivo de su poca disimulada tristeza por más extraño que me resulte encontrarlo en ese estado.

Fui a casa de Sam, a quien encontré en su cama sin ningún vestigio de su atrevida naturaleza, era como ver un recipiente vacío con el rostro de mi amigo, pero lo cierto es que Sam seguía con vida. Me miró a la cara y sus debiles labios me pidieron que me acercara para evitar esfuerzo innecesario, pues el necesitaba toda la energía que le quedaba para su ultima petición.

-- "Tommy... Me alegra tanto que estés aquí..." -- Dijo Sam, "tos tos ... No me queda mucho tiempo... Tommy..."

Verlo en ese estado me quebraba, no quise hacer sufrir más a mi amigo y fui directo al grano.

--"¿Qué necesitas, Sam? Dime qué ultima cosa puedo hacer por ti... Mi querido amigo..." -- Dije con una sonrisa que cada vez se me hacía mas complicada de mantener.

--"Tommy..." --- Dijo Sam --- "¿No crees que estás demasiado cerca..?

La pregunta de Sam me confundía, pero no porque no comprendiera el por qué de su posible incomodidad, si no porque su expresión no mostraba verguenza, lo que vi en mis ojos era una alegía honesta. Nunca pensé ver esta expresión en alguien como Sam, pero lo cierto es que me quedé tan sorprendido que sentí como me perdía en sus ojos.

-- "Nunca pude decirlo... pero... ya nada de eso importa..."

Mi confusión no hacia mas que crecer, ¿A qué se podría estar refiriendo Sam?. ¿Qué cosa se puede guarda alguien tan boca suelta como él?

-- "La verdad... Tommy... es que desde que empezaste a hablar con la hija de Luigi... me he sentido solo, jamás contemplé la posibilidad de que distanciarme de una persona me podría afectar tanto... pero lo cierto... es que me dolía, Tommy... me estaba matando..."

Sam cada vez lucía más debil, me sentía muy mal conmigo mismo por no haberme dado cuenta de que el error fue mío desde el principio, ante mi yacía un hombre cuyo espíritu y voluntad por vivir fue quebrado con mis propias manos. Al escuchar lo que quería mi corazón sin querer descuidé a quienes siempre estuvieron ahí por mi, pero ni siquiera sentía que valía la pena llorar, no llegados a este punto.

--"Tommy..." --- Dijo Sam, al ver mi rostro perdido. --"¿Fuí... fuí un buen amigo, Tommy?"

Los sentimientos empezaban a escapar por las vias libres de mi cara, quería hacerle saber que para mi, él fue alguien irremplazable, alguien que estuvo para mi en las buenas y en las malas, por quien daría todo esta vida. Mi frente chocó con la suya, y mis labios le dieron forma mis enredados sentimientos.

--"Sam..." --Susurré --"Fuiste un amigo fantástico".

Pude apreciar su mirada durante un instante, era la mirada más hermosa que he presenciado en esta ciudad, era la de un hombre que estaba apunto de ser arrollado por la felicidad, hubiera sido bueno que el último recuerdo de Sam fuera un sentimiento tan precioso, pero lo cierto es que esto solo duró un instante.

--"¿T-Tom..?-- Expresó su agitada pero débil voz.

Lo cierto es que mi cabeza nunca dejó de tocar la frente de Sam, fuí poco a poco haciendome paso en las ropas de su cama, mientras me deshacía de las estilosas prendas que envolvían nuestros cuerpos. Su calor era suave, era una llama que estaba a punto de extinguirse, el sentimiento de tristeza casi consigue que me detenga, pero no dí marcha atrás.

Los ultimos momentos de Sam son y siempre serán mis recuerdos más preciados, pasé aquella noche con él, nadie en el bar pidió explicaciones. Incluso Sarah se abstuvo de hacer preguntas. Era como si todos entendieran que lo que pasó entre nosotros era algo que no merecía ser manchado por palabras y prejuicios sin sentido, el unico testigo fue aquella habitación, con un suelo frío, muebles viejos y una ventana que daba cara al cielo perdido de esta ciudad.

Er vai siti

Mi primera exposición al brainrot del mundo videojueguil.

Seguramente tambien es mejor que follar.