Siempre había querido probar un juego de este estilo... y está bastante bien.

Claramente no está diseñado para jugarse en control y le resta muchísimo. Sus opciones online son risibles, al punto que ni siquiera pude jugar con un amigo por más que lo intentamos.

La selección de canciones es probablemente lo mejor. Bastante bueno para tener descargado y sacarlo en alguna reunión, pero hasta ahí.

Por mecánicas el juego es increíblemente adictivo. Es complejo y te incita a mejorar porque aparte es divertidísimo.

¿El problema? Todo lo demás es aburridísimo, el modo arcade es menos que lo mínimo, no existen lobbies online, y los rematches están limitados a dos. Detalles que matan un juego que ya de por si tiene una audiencia de nicho.

Bungie ha creado su mejor campaña desde Halo Reach, un recordatorio de por qué es un desarrollador tan icónico e influyente en occidente.

La historia es muy intrigante, la adición de un modo legendario la hace más rejugable, y el contenido post-campaña (aunque no he probado la raid) es bastante variado.

Si acaso, ciertos detalles con nuevos sistemas se podrían mejorar (crafting), por lo demás, la mejor expansión de D2 en muchos, muchos años.

No había jugado algo de Remedy desde los primeros dos Max Payne. Desde entonces se notaban sus ganas de crear historias con una narrativa diferente a lo que usualmente esperas de un videojuego.

Control es su juego más Twin Peaks (si alguien me hubiera dicho esto no me habría esperado casi tres años en darle una oportunidad). No es que tratar de imitar a David Lynch sea mala idea, pero muchos de sus conceptos se sienten a medio cocer, dejando un final ultimadamente apresurado y hasta decepcionante.

El gameplay también me pareció súper básico, lejos de dejar huella en la industria como lo hiciera el bullet time de Max Payne, Control es uno de esos juegos que buscas terminar a pesar de su gameplay y no gracias a.

Dicho esto, hay unas secuencias I-N-C-R-E-I-B-L-E-S y la atmósfera creada ayuda muchísimo pese a que a primera vista todo luzca tan monótono y carente de variedad.


La espontaneidad del 3 es imposible de replicar. Es uno de los juegos más influyentes de los últimos 15 años por una buena razón.

La fórmula básica de Far Cry sigue siendo la misma desde entonces, pero aquí llega a cansar, el mapa más que jugar a su favor llega a hacer todo tedioso y la monotonía de sus side quests no las salva un cast de personajes mega olvidables.

La "franchise fatigue" no me pegó tan fuerte porque no juego ningún FC desde el 4, pero con certeza digo que FC6 no está cerca de ser aquella experiencia, y mucho menos, de llegarle a los talones al 3.

Boom Boom best doggo.

Tuve que esperar más de un año para poder disfrutarlo porque el desempeño en consolas de vieja generación era HORRIBLE, pero valió la pena.

El combate más Sekiro que Devil May Cry me terminó por atrapar, y aunque me gustó complicarle las cosas de más sin necesidad (no vayan a Dathomir primero sin un buen plan), el ritmo del gameplay loop y su historia son lo mejor que ha ofrecido el universo Star Wars en mucho, mucho tiempo.

Sorprendentemente, Guardian's of the Galaxy tiene todo para ser un candidato a Game of the Year.

Pese a que su gameplay está contenido a solo Star-Lord, Eidos logra que la dinámica con el resto de personajes al que podemos controlar a través de comandos rápidos al estilo FFVII se sienta fluida, y aunque las primeras habilidades de todos los Guardianes podrían considerarse como las mejores, haciendo al resto un tanto superfluas, son lo suficientemente interesantes para ponerse a descubrir la mejor manera de combinarlas.

Donde el juego verdaderamente brilla es en su historia y el ritmo de la misma, desde el inicio hasta el final no recuerdo un solo punto en donde llegara a cansarme o se sintiera aletargada. Más que personajes al servicio de su historia, es al revés, con cada uno de los Guardianes tiene un desarrollo que si me preguntan, supera a lo que ha hecho James Gunn con dos películas.

Incluso el sistema de decisiones, que pensarías no es más que una serie de mecánicas inconsecuentes tienen un impacto sorprendentemente relevante en cómo progresa la historia (y hasta su escena post-créditos).

Tiene suficientes guiños al vasto universo cósmico de Marvel, un soundtrack increíble y muchísima rejugabilidad. Imperdible.

Increíblemente emocional, visualmente inolvidable, con un soundtrack sereno que te mete de lleno en su premisa, lo único que se le puede criticar a esta joya es que es demasiado corta.

Una verdadera maravilla.

Una premisa muy interesante, pero pese a las actuaciones de James McAvoy, Daisy Ridley, y Willem Dafoe se torna increíblemente repetitivo apenas en un par de horas.

No me tomé el tiempo de llegar al final, y viendo las recciones a él, creo que no vale la pena continuar.

Por toda la atmosfera que logra crear, Narita Boy es un mediocre intento de metroidvania que se queda muy corto en términos de incentivar al jugador a seguir explorando su mundo retropixeleado con jefes sorprendemente fáciles, escondiendo sus mejores momentos narrativos detrás de un muy monótono gameplay.