Simplemente llegó el punto en el que me harté de cruzarme gente que me gana por el simple hecho de tener cartas del meta que obtuvieron con dinero.

Esta es la parodia histórica mas rara y graciosa que jugué en mi vida.

Dragon Quest XI nace de una premisa genérica y una intención clara que limita al juego de maneras extremadamentes conformistas. Antes de comenzar lo que espero sea un resumido análisis quiero advertir, a cualquiera que se sienta ofendido al no recomendar este juego bajo ningún concepto, que eso al fin y al cabo es mi opinión.
Acabo de completar el post-game junto a todos los logros y prefiero no extenderme tanto porque luego de semanas en esta aventura ya el solo pensar en Dragon Quest me da dolores de cabeza.
Dragon Quest es sin duda una de las franquicias mas conocidas y queridas de Japón, con 10 entregas principales previas el onceavo titulo se presenta como un homenaje a todo aquello que hizo de esta saga algo tan querido por jugadores alrededor de todo el mundo. Sin embargo decido comenzar mencionando este homenaje porque toda su propuesta se basa en ello, el juego como jrpg no tiene nada nuevo que presentar. En esta aventura nos espera una historia llena de personajes genericos, giros argumentales (algunos mejores que otros, ninguno sorprendente) y un estilo artistico precioso pero que peca de falta de originalidad. Todos conocemos a Akira Toriyama y sabemos que es un conformista de lo peorsito, es gracioso que alguien así trabaje en una franquicia tan continuista que la única diferencia que hay entre entregas son los gráficos. Hablando de los diseños, en el momento en que se llega al final del post-game en la lucha contra Khalasmos este ser es una mezcla de Jiren y Cell en versión gigante de una manera tan descarada que no se puede creer.
Cuando se habla de rpg se sobreentiende que va a haber farmeo, no tengo ningún problema con el farmeo, amo la saga Persona y cualquiera que la conozca lo entenderá. El problema es que el farming de Dragon Quest XI, principalmente durante el post-game, es tan vago y excesivo que me hizo replantear mi vida luego de perder sesiones enteras matando a los mismos bichos para llegar contra un bicho grande que solo pedia el maximo nivel y que, cabe resaltar, es un boss reciclado. Todo es tan absurdamente repetitivo que no se como llegue al punto de "platinarlo" pero acá estoy, habiendo dedicado unas 88 horas a completar 100% el juego para poder decirte a vos, que estas leyendo esto, que no. No juegues Dragon Quest. Su historia no tiene nada nuevo que ofrecer, es el típico elegido en una aventura para derrotar al malvado de turno. Los personajes son cliché como cabria esperar. El post-game es reciclaje puro y contiene meramente fanservice, incluye un viaje en el tiempo que genera tantísimas incoherencias como desgana a la hora de jugarlo. Su diseño artístico es bellisimo, si, pero es algo que se puede apreciar en youtube as como dentro del juego, no habría diferencia. Las misiones secundarias no tienen atractivo alguno y muchas de ellas contienen descripciones tan confusas que obligan a uno a recurrir a una guía. La mecánica de monturas no tiene nada que ofrecer, está todo completamente scripteado que el juego seria el mismo sin estas. El desarrollo de personajes es tan volatil en cuanto timing y está manejado de manera vaga.
Sinceramente tengo muy pocas cosas buenas para decir sobre este juego. No podría recomendarselo a nadie mas que a un loco del farmeo y el completismo, aunque al final del día este se daría cuenta que no sirvió para nada, las recompensas son nulas para todo el tiempo invertido.
Jugué hasta el segundo arco en stream via Twitch, el post-game preferí jugarlo fuera del stream porque era algo tedioso y que, si hasta para mi era insoportable, no quiero pensar lo que seria para el espectador.





El sexismo en este juego es horripilante, los japoneses deberían replantearse su cultura en algún momento.

Le tengo un gran cariño al primer juego porque para mi fue una solida representación de South Park conteniendo toda la esencia del material original. Lamentablemente esta secuela tal vez se queda un poco atrás en esos términos pero aun así se las arregla para proporcionar, principalmente en la ultima hora, una sátira brutal al cine de superheroes.
En lo que respecta al combate no podría gustarme mas, sinceramente creía que el combate de Stick of Truth pecaba de enormes carencias y con este juego esas cosas cambiaron trayendo al combate por turnos un componente sumamente estratégico como es el posicionamiento de personajes y administración inteligente de los turnos.
El juego, viniendo esta vez puramente de parte de Ubisoft y no de la legendaria Obsidian, puede que conste de muchos bugs a diferencia de su antecesor. Los bugs resultaron muy molestos mas que nada en el tramo final donde se hicieron abusivos y ni que hablar de los lag spikes que empezaron a aparecer sin sentido.
Un dato que puede servirles es que para completar el juego al 100% consiguiendo el logro de Token Experience van a necesitar comenzar el juego con la dificultad mindmaster, yo opte por la dificultad diabolica ya que buscaba el combate mas desafiante que pudiera ofrecer el juego pero es absurdo como el juego no te recompensa por ello si no que sin avisarte te priva incluso del logro mas importante. Y si se preguntan como es que conseguí ese logro al final, digamos que tuve que recurrir a programas de terceros porque consideraba que ese logro era bien merecido.

Una noche que parece eterna, uno de mis argumentos favoritos, en una ciudad cyberpunk muy lograda. Momentos memorables, así como personajes entrañables que llegué a adorar. Una joya indie que me alcanzó el corazón.

Una sátira social bestial con momentos de humor negro ciertamente perturbadores. Me fascina como el comentario social se conecta de una manera tangible con el gameplay. Lo disfruté muchísimo.

El primer juego centraba su critica en el consumismo, esta secuela hace lo propio con la industria del entretenimiento y ligeramente con las farmacéuticas. Los combos son divertidos y el ritmo está bien.

Una historia convulsa que se retuerce al ritmo que uno mismo establece, repleta de momentos notablemente expresivos. Una obra maestra de la narrativa.

Puro existencialismo explorado a través de una ambientación a lo Miura con un combate variado y exigente. Es una obra enorme y grandilocuente. Y LA BANDA SONORA POR DIOS

Melancólica oda a la imperfección humana, que interactúa sutilmente con el jugador. Las decisiones no se centran en las ramificaciones, sino en las ideas y sentimientos que a uno lo interpelan.

Ghost x L.A Noire en una historia sobre la aceptación de los errores; ubicada en una gran representación de Salem llena de recovecos fantasmales reminiscentes de épocas pasadas. Ritmo muy acertado.

Una historia durísima sobre lo efímeramente bello de la vida y gente rota que tiene que seguir adelante. Te mantiene con un nudo en la garganta hasta el ultimo momento. La dirección artística es impresionante.

Hace mucho tiempo que una obra no me dejaba sin palabras, Hellblade es un titán narrativo dirigido de una manera inmaculada. A lo largo del juego se teje una alegoría profunda y compleja que te destruye.

Toda una carta de amor a los juegos de 8 y 16 bits. El guion rompe todo además de la cuarta pared, y el juego se siente tan bien que no pude parar hasta terminarlo. Acá hay algo extremadamente especial.

Como es usual en Atlus, esta es una historia que mezcla la metáfora con la fantasía de modo que ninguna rebase a la otra. Crea su propia mitología a la par que aporta puzzles entretenidos y un relato muy audaz.